Cada año se generan aproximadamente 2,010 millones de toneladas de desechos sólidos en todo el mundo. Esta cantidad es suficiente para llenar alrededor de 822,000 piscinas olímpicas. Sin embargo, al menos el 33% de estos desechos no se gestionan de manera segura para el medio ambiente.
Se estima que cada año se desechan alrededor de 10 millones de juguetes en buen estado. Esto representa una parte significativa de los residuos sólidos, considerando que muchos de estos juguetes están hechos de plástico y otros materiales no biodegradables.
El impacto ambiental de los juguetes desechados es considerable, ya que la mayoría termina en vertederos, incineradoras o incluso en los océanos. Promover la economía circular y la reutilización de juguetes ayudará sin duda alguna a mitigar este problema.
En lugar de seguir el modelo tradicional de “tomar, hacer, desechar,” la economía circular se enfoca en mantener los productos y materiales en uso el mayor tiempo posible. Esto reduce significativamente la cantidad de residuos que terminan en vertederos y océanos.
Al reutilizar, reparar y reciclar productos, se disminuye la necesidad de extraer nuevos recursos naturales. Esto ayuda a conservar los recursos limitados del planeta, como minerales, agua y energía.
América Latina es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo, pero sus tasas de urbanización excepcionalmente elevadas y su economía basada en las materias primas la hacen especialmente vulnerable a las perturbaciones del sistema.
Lo normal es comprar cosas nuevas, como juguetes, libros o equipamiento deportivo, para nuestros hijos. Pero, ¿por qué hacerlo si sabemos que los niños perderán el interés y se les pasarán los años en cuestión de meses? ¿Cómo podría ser el futuro de los juguetes con soluciones circulares?
En la industria del juguete en particular, surgen constantemente nuevas tendencias que son decisivas para el futuro de la industria. Una de las tendencias más importantes en el sector de los juguetes en 2023 es, sin duda, la sostenibilidad.
